Muchos padres han aprovechado para llevar a sus hijos recién nacidos o de meses ante la imagen de la Divina Pastora para que ella los reciba en su rebaño de fe.
Después de persignarse y orar
brevemente, la señora Linda Reinoso levanta a su pequeña hija, Natalia
de Jesús ante los pies de la virgen. “Esta es una sensación
indescriptible, me alegra mucho traerle a la virgen mi pequeña hija.
Gracias a ella tuve la dicha de ser madre”, manifiesta con alegría.
Cuenta con una gran sonrisa que ella
había caminado la procesión del año pasado para pedirle a la virgen que
saliese embarazada, pero lo que no sabía es que ya estaba embarazada.
“Yo me eché toda la caminata junto a mi esposo, y no cabíamos de la emoción cuando dos semanas después nos enteramos que Natalia venía en camino”, apuntó la mujer luego de pararse frente a la virgen y con sus brazos elevar a su bebé y pedir bendiciones. “Esto es importante, para que ellos aprendan los valores católicos”, acotó.
Johana Cabrera coincidió con Reinoso y por eso fue que acudió ayer junto a su hija de seis meses a la morada de la Pastora.
“La virgen ha ayudado en muchos milagros a familiares. Y el último favor concedido fue que mi embarazo pasó con total normalidad”, soltó.
Este fin de semana, durante las visitas
que hizo La Prensa en las mañanas se contabilizaron al menos 40 niños
que eran presentados de esta manera.
Conocer y agradecer
Luego de que bajaron a la virgen, los
feligreses también llevan a sus hijos para que la conozcan. Celimar
Pérez es una joven graduada de enfermera con un bebé de apenas un mes
llamado Luis Ignacio, y otro más grande de dos años y cinco meses,
Mauricio José, confesó que su niño menor no conocía a la Pastora.
“Mi esposo y yo trajimos al mayor el día
que lo dieron de alta porque él había durado un tiempo hospitalizado
después de nacer”, comentó Pérez.
Así como Pérez, para la familias con
varios hijos ya es una tradición hacer su viaje a Santa Rosa para que
los niños estén ante la santa imagen.
Marianny Pérez es madre de cuatro niños y
justo ayer acudió al templo para llevar a su último hijo, un bebé de
tres meses. “A mis hijos los traje y él no iba a ser la excepción”,
especificó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario